Más popular como arma mortífera en películas de acción o ciencia ficción, el láser también tiene aplicaciones probadas en medicina capilar: puede actuar como estimulante del crecimiento y del grosor del cabello. El tratamiento con el llamado Láser de Baja Potencia (o LLLT, por sus siglas en inglés) está aprobado por la FDA de Estados Unidos y consiste en la aplicación de un haz “frío” de luz coherente sobre las zonas despobladas o amenazadas del cuero cabelludo. Es particularmente efectivo como complemento de otras terapias y en fases tempranas de la alopecia.
¿CÓMO ACTÚA?
En las longitudes de onda adecuadas (630 a 670 nanómetros), las células del folículo piloso absorben la luz láser, lo que estimula el crecimiento y la reparación celular. El pelo que está “dormido” se reactiva y aquel que ya crecía lo hace con mayor grosor y vitalidad.
¿CÓMO SE APLICA?
Generalmente, se recomienda el láser capilar como complemento al NutriFol, en tres sesiones semanales de 10 minutos de duración. El procedimiento es absolutamente indoloro. Funciona mucho mejor para los pacientes en una fase temprana de pérdida de cabello, pero se puede usar también en el post operatorio inmediato del microtrasplante para acelerar el crecimiento de los pelos implantados.